lunes, 7 de febrero de 2011

Extraña conocida ( foto de Julia, mi hija )


Encontré guardada en un libro, una hermosa flor seca color ocre proveniente de un jardín de Boedo.
Encontré poemas viejos, escritos con sentimientos que ya casi ni recordaba.
Encontré el llanto de mi hijo cuando perdió un juguete.
Encontré la llamita dibujada por mi hija del fuego de Galeano.
Encontré las palabras de mi padre.
Encontré el perfume de mi madre.
Encontré los cuentos de mi abuela.

Encontré a mi caballo corriendo por la arena húmeda.
Encontré mi conejo azúl de paño lenci y mi pajarito de lata.

Gloria

2 comentarios:

Susana Peiró dijo...

Mira que bien se te dan los Poemas! Tu “Luna” es bella y también esa foto que la acompaña!
¿Se pierden los Poemas? ¿Se los lleva la vida? Me gusta creer que aunque desaparezcan esas letras escritas con esmero, la composición, el espíritu del trabajo queda en nosotros. Y sigue trabajando en nuestro interior…
Un buen día amanecen versos preñados de las letras ausentes, y son distintas y se parecen y son una parte de nosotros que irremediablemente quiere ver la luz...otra vez.
Besos Querida Amiga.

Gloria dijo...

Indudablemente se pierden los Poemas.
Sí. Se los lleva la vida.
Pero también es cierto que un día amanecen otros versos, como has visto antes leyendome...
No te pierdes nada eh!!!
Besos querida, inteligente y perceptiva amiga.
Gracias por visitarme.
Besos, Susana.